domingo, 16 de octubre de 2016

Zarabanda's

Encontramos el restaurante Zarabanda's en la calle Padre Tarín, a unos pasos de la Plaza de la Gavidia. Hacía un tiempo que quería venir aquí, por recomendación de mi familia, y lo cierto es que no me ha decepcionado. El Zarabanda's se centra en la cocina mediterránea, fusionándola con la cocina creativa, dando muy buenos resultados.

 
El local es pequeño, con unas pocas mesas, con lo que es recomendable reservar (número en la página web) o por la aplicación de El Tenedor. 

La carta está puesta en pizarra en la pared, algo incómodo para ver, siendo sinceros, pero no es muy larga. Os dejo el link de la carta para que podáis verla tranquilamente desde casa aquí, aunque advierto que allí hay más cosas.

Sin más dilación, pasaremos a los platos pedidos, los cuales pedimos todos para compartir entre cuatro personas.

Para empezar a abrir el apetito, pedimos un plato de ajoblanco con mango y otro de salmorejo con ralladura de tomate seco. Ambos exquisitos, aunque yo me decanto más por el salmorejo, ¡pero es preferencia personal!

A continuación nos trajeron las croquetas de cecina de león, exquisitas, bien fritas y cremosas por dentro. Estas croquetas ganaron el premio "Sevilla en boca de todos 2013" en tapa clásica.

Una cosa curiosa del Zarabanda's es el caso de los risottos. Varían semanalmente de receta, siendo el nuestro de trufa y queso. La cremosidad de este plato era excelente, sin ser pastoso y ninguno de los sabores ocultaba el de los demás.

El steaktartar de solomillo de buey estaba bien hecho, aunque probablemente si vuelvo a ir no lo pediría, puesto que no ha añadido nada a los que ya he probado en otros restaurantes.

El plato más curioso que pedimos fue la raya fresca sobre trigo negro. Nunca había tomado la raya y la verdad me sorprendió. Al ser un pez cartilaginoso, la textura era gelatinosa y aunque al principio me chocó, acabó gustándome.

Acompañamos la comida con una botella de vino Vivir sin Dormir, sencillo y con un intenso aroma a frutos negros y rojos.

Todo ello, acompañado por 6 bebidas y 2 botellas de agua, nos salió a unos 23 euros por cabeza.

Respecto al servicio, eran bastante atentos, aunque algo lentos, puesto que el lugar no es grande, había pocos camareros y mucha gente. El otro gran fallo es el aire acondicionado. No está preparado para soportar los días calurosos de Sevilla y menos si el local está lleno. Hubo algún momento que era insoportable.

En resumen, es un lugar al que me gustaría volver, para probar las pizzas, también famosas, y porque varían muchísimo la carta, pudiendo probar otros platos ingeniosos y deliciosos.

Salmorejo con tomate seco
Ajoblanco
Croquetas de cecina de león
Risotto
Steaktartar de solomillo de buey
Raya fresca sobre trigo negro

Vino Vivir sin Dormir

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